Este año he podido disfrutar de un nuevo método de enseñanza, el flipped learning, o "clases al revés". La nueva forma de impartir clases de mi profesor de Lingüística me ha abierto la mente, he podido ver nuevos horizontes dentro del mundo de la docencia, y, sobretodo, he desaprendido mucho. Espero poderos contar más detalles sobre ello en próximas entradas y que apoyéis esta inversión en/de la educación.
Sobre la Educación
En el colegio me enseñaron la asignatura de Lengua de forma
tradicional. La profesora se sentaba y comenzaba a explicar durante una hora la
literatura mientras escuchábamos sin interés. Si nos explicaba cuestiones de
sintaxis y morfología nos proporcionaba unas horribles fotocopias y nos hacía
salir a la pizarra para analizar las mismas frases que se repetían año tras
año. En los exámenes teníamos que vomitar sin sentido lo que habíamos leído
–que no entendido- de las fotocopias que “pintarraqueábamos” a nuestro gusto
con subrayadores de un color algo epiléptico sin saber el porqué de ello.
La asignatura te debía de gustar mucho para que recordases
algo, un nombre o una fecha, después del examen. Sin embargo admiro a mis profesoras, por todo
lo que sabían y como eran capaces de pasar la hora entera contándonos la vida
de los autores, los movimientos literarios, las tendencias, etc. Pero nunca
llegué a interiorizar esos conocimientos. En la asignatura la parte menos
importante era la práctica.
En la asignatura de inglés ocurría más de lo mismo, nunca
llegábamos a aprender inglés. Nos aprendíamos unos ejercicios cutres y
repetitivos de memoria. De modo que hablar inglés no sé, pero si alguna vez en
mi vida me vuelven a poner esos ejercicios por delante los haría con los ojos
cerrados. Lo peor de todo, es que al llegar a la universidad y decidirme por
aprender otro idioma nuevo me encuentro con el mismo tipo de ejercicios en
italiano…tampoco voy a aprender italiano por lo visto. A lo que menos tiempo le
dedicamos es a hablar, que supuestamente es lo que queremos conseguir. Así, va
pasando el tiempo y los alumnos de la clase completamos ejercicios de un libro
y de otro, gastando en fotocopias, dinero y tiempo sin poder decir una frase completa
sin preguntar “Come si dice…?” y sin
perder la vergüenza a equivocarnos cuando hablamos. Como resultado, lo que
conseguimos es que el intento de hablar el idioma nos resulte como ir a la
universidad en babuchas, lo haces sabiendo que vas a hacer el ridículo siempre.
A veces no es culpa del profesor, pues se lo impone un
proyecto docente o el tiempo que tenemos para la asignatura (que va
condicionado por el dinero…como siempre). Incluso en la mayoría de las
ocasiones se valora más si el profesor ha seguido el proyecto docente a la
perfección que si sus alumnos han aprendido algo.
Mi esperanza es que el sistema educativo cambie con sus
fracasados métodos de enseñanza y poder vivir una asignatura con unas clases que
despierten en mí el interés, en lugar de quitármelo. Serían clases organizadas
y no caóticas, donde estuvieran claros los contenidos que tenemos que aprender.
Después de saber cuáles son estos contenidos, desarrollarlos a partir del
nacimiento de la duda en el alumno, explicar a partir de las preguntas según
los intereses del alumno, y no contar lo que ya se sabe. Además, siempre
aportar material complementario claro, no un surtido de bibliografías donde el
alumno tarde más tiempo en encontrar lo que busca que en aprenderlo.
Y lo más importante de todo: la PRÁCTICA. Se supone que todo
lo que ha explicado el profesor y hemos escuchado y aprendido sirve para algo.
El profesor es el que debe demostrar que lo que te ha enseñado te puede servir
para algo más que para ganar al trivial.
Si yo fuera profesora de algún idioma los alumnos hablarían,
equivocándose hasta la saciedad, que es como se aprende. Tomarían notas breves
de conceptos muy importantes que no deben olvidar, siempre que esos conceptos
les sean útiles en la práctica. Y ante todo, despertaría en ellos el interés de
conocer aún más sobre el idioma, de preguntar, de buscar información y que los
frutos del esfuerzo que hayan dedicado a la asignatura les hagan sentirse
satisfechos.
Lo mismo haría si fuera profesora de lengua, enfocar la asignatura
a la práctica y al empleo de los conocimientos aprendidos, y de este modo poder
interiorizarlos.
Así, intentaría que tras el examen el alumno recordase algo
más que su nombre y apellidos. Que a lo largo de su vida sigan en él esos
conocimientos y que sepa cuándo tiene que utilizarlos.
Aun así, he tenido como profesores a grandes profesionales
de los que podría haber aprendido mucho más si hubieran seguido otro método de
enseñanza. Esto no quiere decir que sean malos como profesores, sino que sus
alumnos podrían aprovechar mucho más la sabiduría de éstos si se la hicieran
llegar de otra manera.
Espero que reflexionéis mucho sobre la educación, y aguantad, porque eso es lo que se nos da bien a los españoles, el aguante.
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Espero que reflexionéis mucho sobre la educación, y aguantad, porque eso es lo que se nos da bien a los españoles, el aguante.
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Hola Rocío. Ya sabes mi postura en este tema, pero igual quiero dejártela plasmada aquí y comentar en tu blog.
ResponderEliminarLa educación siempre ha sido el talón de Aquiles de España, por muchos años que pasen jamás estaremos al nivel de Finlandia, que siempre lo alaban como el mejor a nivel europeo. Y lo es. El problema aquí es que todo está obsoleto y los ministros al uso no saben atajar el problema. Muchas leyes, que si LOMCE, LOE, LOCE.... es de locos. Cada 4 años, sistema nuevo y vuelta a empezar. Los alumnos tienen que aguantarse con lo que le tocan, y los profesores amoldarse a los métodos que les impongan. Unos y otros reman como pueden para evitar que el barco se hunda.
Me ha gustado leer que has desaprendido. Como dijera Eduard Punset “Desaprender lo sabido es ahora mucho más importante que aprender cosas”.
Ánimo, que vendrán tiempo mejores, no estaremos así eternamente.
Mil perdonen por mi introversión en la conversación, pero no he podido no contestar a ello. Ni tampoco a la entrada en cuestión. Por supuesto que vendrán tiempos mejores porque, una vez que se toca fondo lo siguiente es salir a flote. Pero, cuándo.
EliminarHe descubierto este blog gracias al comentario que me has dejado en el mío. Debo de decir que, aunque comparto vuestra afición de la escritura creativa no estudio vuestra misma carrera, aunque sí es cierto que he estudiado los distintos tipos de sistemas educativos y estoy muy de acuerdo con ambas reflexiones (tanto la entrada como el comentario de la misma); ya que no estoy estudiando Filología sino Publicidad y RRPP, aunque debo decir que en su tiempo me lo llegué a plantear (el estudiar vuestra carrera).
Un saludo =)
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